y llegaste tu y reemplazaste mi amor a soledad
tu mirada parecía ser inducida por la mía
y mi deseo estaba en un reto con la valentía
eras esa noche mi eternidad.
Un vestido rojo concluía tu belleza
y las calles de la gran sahagun fueron nuestras paredes,
de un cuarto lleno de besos, para llenar de este recuerdo nuestras mentes
que loco, que demente
que solo te veré esta noche y te recordare eternamente.
Supiste callar mi silencio con tus labios
y mostrarme un sol que nacía de la luna
del universo de tu piel morena
y de la fantasía de tus pupilas de cafeína
hiciste de esa noche cualquiera,
una noche eterna
Fuiste el amor de mi día
el recuerdo que acompaña mi sonrisa
alguien que solo estuvo un rato
pero se queda en mi para siempre
dama sahagunense.
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